De la misma forma que las personas oyentes utilizan el nombre de pila para nombrarse, los sordos emplean, en Lengua de Signos, una seña característica y distintiva para cada persona.
Aunque pueden deletrear los nombres propios mediante el alfabeto dactilológico (un signo para cada letra), esto resulta un método lento y poco eficaz en la conversación normal, por lo que suelen valerse de una seña distintiva que aluda a un rasgo característico de la persona.
Lo más frecuente es la seña elegida pueda hacerse con una sola mano en la zona de la cara, porque la mayoría de las señas utilizadas por la Lengua de Signos se realizan en esa zona, donde también se centra la vista del destinatario.
Encontrar una seña que se refiera a un rasgo característico de la persona, y que pueda utilizarse como su nombre propio, no suele ser difícil para las personas sordas. Los procedimientos más frecuentes para nombrar a alguien son:
Con menos frecuencia también se recurre a:
A modo de ejemplo, los sordos de España utilizan, en la Lengua de Signos Española (LSE), la seña de la ceja para nombrar a Rodríguez Zapatero y la del bigote para Aznar. En general, son señas que no resultan ofensivas y que quien las recibe suele aceptarlas sin problema, porque tienen una gran utilidad comunicativa para las personas sordas. No obstante, en ocasiones, esta forma de “bautizar”, puede dar lugar a una polémica, como ocurrió en 2008 en Tailandia con el primer ministro Samak Sundaravej.
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1 comentario:
el lenduaje de señas me parecio genial por que aprendi mucho a desir mi nombre en señas gracias por todo aprendi vastante
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